• Apodo: Vicentico, Gaby.
• Hincha de: San Lorenzo.
• Fecha de Nacimiento: 24 de Julio de 1964, 2 días antes que Flavio.
• Vicentico está en la banda desde el año 1985, cuando la banda todavía se llamaba "Cadillacs 57".
• El no empezó siendo el cantante de la banda, ya que cuando el llegó ya había algunos integrantes y el solo tocaba la guitarra.
• Si no hubiera sido cantante en su vida hubiera sido...: Maestro de escuela! (si!, ya se que mas de uno se quedo sorprendido, pero es verdad!). Esto se lo dijo al reportero del canal TN, en el programa "La Viola".
• Es el padrino del hijo de Flavio.
• Pregunta a Vicentico:
  ¿Los Cadillacs siguen la dieta de la luna o la del astronauta?
  - La de la selva: comemos como animales.
• Le interesa la idea de ser actor, ya que filmó 3 películas con su esposa (Valeria Bertuccelli): 1.000 Boomerangs, Silvia Prieto y Los Guantes Mágicos.
• Ya editó dos discos como solista, titulados "Vicentico" y "Los Rayos", y realizó shows en Argentina, Chile y Europa.
  

 

Gabriel Julio Fernández Capello "Vicentico" (24 de julio de 1964, Buenos Aires, Argentina) es un músico y compositor de nacionalidad argentina. Cofundador y vocalista de la banda Los Fabulosos Cadillacs junto con Flavio Cianciarulo. Perteneció a esta agrupación desde su creación en 1984 hasta el año 2001, donde comenzó su carrera como solista. Está casado con la actriz argentina Valeria Bertuccelli, con la cuál tiene dos hijos.

En Vicentico, su primer disco solista, Vicentico se manifiesta con una serie interminable de ritmos, que van desde lo “fabuloso”, pasando por la bossa nova, lo gitano, y las baladas. Los tambores muy presentes en casi todo el disco le dan a la voz de Vicentico una identidad única. Logrando de ésta manera un álbum excepcional que cuenta con 12 temas, de los cuales 11 son de su autoría.

“Se despierta la ciudad” elegido como el primer single, logra la fuerza que cualquier intérprete querría para sí mismo; es un cachetazo de realidad. “Básicamente habla del pánico que se vive en la ciudad y de cómo muchas veces en medio de esta gran incongruencia que vivimos, todo empieza a confundirse y no se sabe bien quién es la víctima y quién el victimario. Y no está claro si el que roba es un zarpado o un pobre tipo al que no le queda otra. De pronto ves que un hombre grande que va en un auto sube los cristales y traba las puertas por miedo cuando en un semáforo se le acerca un nenito de cinco años”.